¿Qué se esconde tras el fraude en las llamadas telefónicas a Cuba?

¿Qué se esconde tras el fraude en las llamadas telefónicas a Cuba?Por José Remón*

Las comunicaciones telefónicas con Cuba están siendo objeto de misteriosas interrupciones que se atribuyen a la acción de operadoras fantasmas. En las últimas semanas se han generalizado las quejas de personas del sur de la Florida que son víctimas de fraude telefónico en sus llamadas a la isla.

La trampa funciona de la misma manera en todos los casos denunciados. Al establecerse la comunicación, al otro lado de la línea telefónica una voz pide al usuario que espera un momento para ponerle a la persona que desea. Pero el tiempo transcurre y nunca la persona solicitada acude al teléfono, mientras se consume el tiempo y el importe de los minutos -y a veces la hora- de espera es cargado a la cuenta de quien realizó la llamada.

Estas irregularidades tienen dos causas principales:

1- Los servicios de tarjetas prepagadas baratas y de baja calidad, asi como el uso de proveedores de servicio de segundo y tercer niveles en Miami y otras ciudades de Estados Unidos, permiten el desvío de llamadas hacia números locales donde responden personas que usan estrategias burdas para retener el usuario por varios minutos y con ello aumentar el tiempo a pagar, sin siquiera ofrecer un servicio. En este caso, la tentación de probar suerte con servicios baratos ante el elevado costo de las llamadas a Cuba -son las más caras del mundo- permite un margen de fraude de gran rentabilidad. Una simple instrucción de follow me (sígueme) a la central telefónica hace que las llamadas sean desviadas, según la voluntad del dueño de la misma. Dado el alto volumen de llamadas que son encaminadas por esas vías, solo es necesario desviar un bajo por ciento de ellas para tener una recaudación importante, sin levantar muchas sospechas. Por supuesto, la codicia casi siempre rompe el saco, según un conocido refrán.

2- Con la idea de evitar o al menos dificultar el acceso al creciente movimiento de disidencia en Cuba, esta técnica de desvio es utilizada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba,  ETECSA, con dos objetivos: a) dificultar la comunicación con los disidentes y b) sustraer ingresos a partir de los fondos destinados a la comunicación con los opositores dentro de la isla, y hacerlo sin acudir a la torpe maniobra de interrumpir los telefonos. Datos confirmados cifran entre 8 y 10 mil las llamadas procedentes de Estados Unidos que son rechazadas diariamente por parte del sistema cubano.

54 millones de llamadas a Cuba

El enorme volumen de llamadas a Cuba, que alcanzó la astronómica cifra de 54 millones en el 2010, ofrece un apetecible atractivo para esquemas de fraude de todo tipo. A modo comparativo, se llama más a Cuba que a Bahamas, a pesar de los vínculos comerciales y turísticos existentes con el archipiélago vecino.

El fenómeno no es nuevo. Situaciones similares se vienen reportando desde hace tiempo en relación con las llamadas a Cuba. El caso más sonado ocurrió en febrero del 2009, cuando fue desmantelada en España una red organizada de fraude electrónico en llamadas con destino a Cuba,

En esa oportunidad, la Policía española desarticuló un grupo de cinco personas, todas de origen colombiano y residentes en la ciudad de Pamplona, Navarra, al que se le imputó un fraude por unos $51 mil dólares en llamadas fraudulentas que tenían como origen a Estados Unidos.

Para evitar estos fraudes se recomienda a los usuarios:

  • Usar proveedores serios y comprobados (generalmente son más caros, por lo que debe hablar menos y más conciso, así ahorra).
  • Saber con exactitud a quién llama, de manera que rápidamente pueda identificar la persona o casa; si duda tras el contacto establecido, cuelgue y vuelva a marcar el número.
  • Si llama a alguien que no tiene teléfono propio, identifique la casa; pídale que le avisen a su familiar que usted va a llamar en los 5 a 10 minutos siguientes para que esté esperando su llamada. Siempre será más económico que perder tiempo y dinero.

*José Remón es Ingeniero en Telecomunicaciones. Trabajó en el Ministerio de Comunicaciones de Cuba por 25 años. Fue gerente de Servicios Internacionales y, desde 1988, participó activamente en las negociaciones con compañías de Estados Unidos, supervisando la administración de las cuentas internacionales. Es autor del estudio que permitió llegar al acuerdo de las tarifas entre Cuba-EEUU en 1992. Reside en Miami desde 1994.  Actualmente es consultor de Telecomunicaciones.

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