Canciller cubano visita el New York Times y entreabre la puerta para liberación de Gross
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla dijo este viernes que la puerta permanece abierta para liberar al contratista estadounidense por razones humanitarias, pero advirtió que debe producirse un gesto recíproco de Estados Unidos.
“No veo ninguna otra manera en la que podemos avanzar hacia una solución del caso del señor. Gross que no sea desde el punto de vista humanitario y sobre la base de la reciprocidad”, dijo Rodríguez durante un encuentro con editores y reporteros del diario The New York Times.
La visita de Rodríguez a la redacción de The New York Times coincidió con una jornada de vigilias de la comunidad judía frente a las sedes diplomática de Cuba en Nueva York y Washington, solicitando la excarcelación inmediata de Gross. En la manifestación ante la Oficina de Intereses de Cuba en Washington intervino Judy Gross, esposa del contratista condenado a 15 años en la isla.
Rodríguez se encuentra en Nueva York participando en las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas y deberá hablar ante el plenario la próxima semana.
En sus declaraciones al diario neoyorquino, el canciller enfatizó que su país continúa interesado en buscar un acercamiento con Washington, sugiriendo que las dos partes pudieran comenzar la cooperación en asuntos en los que más fácilmente pueden hallar un terreno común, como la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y las amenazas al medio ambiente, entre otros.
“Es en el mejor interés de Estados Unidos y Cuba avanzar en la normalización de las relaciones bilaterales”, dijo Rodríguez.
Momento de turbulencia
Sin embargo, las relaciones entre La Habana y Washington atraviesan un momento de turbulencia y desencuentros en medio de la disputa por Gross y el portazo que recibió en La Habana, lace apenas una semana, el ex gobernador Bill Richardson, quien viajó para negociar el caso del contratista preso con las autoridades cubanas.
Richardson había sostenido contactos previos con altos funcionarios del Departamento de Estado para presentar un plan de propuestas en beneficio de ambas partes.
Rodríguez declinó referirse a su conversación con Richardson en Cuba, pero deslizó el mensaje de que se mantienen abiertos todos los temas para discutir con Estados Unidos, incluyendo la liberación de los cinco agentes prisioneros por espionaje en cárceles norteamericanas desde 1998.
Rodríguez comentó que ambos países podrían hacer gestos humanitarios para poner fin al estancamiento que atraviesan las relaciones bilaterales.
“Puedo decir que la agenda enviada a Estados Unidos -y que reitero se encuentra aún sobre la mesa- incluye el tema de los Cinco cubanos, y aunque comprendemos que este es un asunto que cae eln el terreno de la justicia, tiene también un carácter humanitario”.
Perdonar a los espías
Y entonces dijo que el presidente Barack Obama podría perdonarlos “como un acto humanitario, que sería apreciado por sus madres, esposas y todo el pueblo cubano”.
Pero aclaró de inmediato que no debe vincularse el caso de Gross con el de los cinco agentes cubanos, y puso énfasis en desligar el tema del contratista estadounidense de las cinco décadas de hostilidad y tensiones diplomáticas que han definido las relaciones entre ambas naciones.
“Creo que establecer un vínculo entre las cuestiones bilaterales pendientes y una solución humanitaria en el caso del señor Gross es un error”, manifestó el canciller. “No es correcto combinar este caso con cuestiones políticas o añadirlo a la agenda bilateral, que ya está bastante cargada”.
El Departamento de Estado dijo ayer que también prefiere no relacionar los casos de Gross y los cinco cubanos, porque “no son comparables”.
Gross, de 62 años, se encuentra preso en Cuba desde el 3 de diciembre del 2009 y se encuentra seriamente afectado de salud. Su familia ha exhortado al gobierno de Raúl Castro a ponerlo en libertad inmediatamente por razones humanitarias.
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