Canciller checo: “La caída del régimen cubano no debe instigarse desde el exterior”

Canciller checo: Por IVETTE LEYVA MARTÍNEZ

El ministro de Relaciones Exteriores de la República Checa, Karel Schwarzenberg, afirmó en Miami que se necesita más imaginación para ayudar al pueblo cubano, y consideró que la caída del régimen comunista deben propiciarla las fuerzas internas en la isla, sin instigación desde el extranjero.

“La población del país tiene que provocar la caída del régimen, nunca debe instigarse desde el exterior”, dijo el canciller checo. “Es la misma gente la que tiene que decidir y juzgar al régimen por sus resultados”.

Schwarzenberg, de 73 años, conversó el domingo con CaféFuerte durante su paso por Miami, donde se reunió con miembros de la comunidad exiliada.

El funcionario se pronunció por ofrecer becas e intercambios profesionales entre Cuba y la República Checa como una manera de preparar el futuro de la isla.

Luego de la Revolución de Terciopelo que desmoronó al régimen comunista en Checoslovaquia en 1989, los sucesivos gobiernos democráticos de Praga han mantenido una actitud solidaria con la causa de los derechos humanos y las libertades democráticas en Cuba. También han sido estrechos los vínculos entre la diplomacia checa y los exiliados cubanos en Estados Unidos.

Schwarzenberg no ha sido ajeno al tema cubano. En el 2005 fue arrestado y expulsado de Cuba cuando se disponía a participar en la Asamblea para la Promoción de la Sociedad Civil, organizada por disidentes pacíficos de la isla.

Exiliado por 41 años

El propio canciller, quien ostenta las ciudadanías checa y suiza,  estuvo exiliado durante 41 años y vivió fundamentalmente en Austria y Alemania.

En Alemania fue uno de los fundadores del Centro de Documentación Checoslovaca, en apoyo a los exiliados checoslovacos, y donde se preservó la literatura prohibida en su país. La colección se encuentra actualmente en el Museo Nacional de la República Checa.

El ministro proviene de una de las familias aristocráticas más ricas de Bohemia y el imperio austro-húngaro y de hecho ostenta el título nobiliario de príncipe. Durante la década del 80 realizó una intensa labor en favor de los derechos humanos en su país, Bulgaria, Kosovo y la Unión Soviética.

Tras la caída del régimen comunista, regresó a Praga en 1989 y se desempeñó como asesor del presidente Vaclav Havel. Fue electo senador de Praga en el 2004 y tres años después se convirtió en canciller y viceprimer ministro. También es líder del partido Top 09, que fundó en el 2009.

“Los efectos del totalitarismo sobre las mentes y las almas de las personas puede durar hasta dos generaciones”, advirtió el canciller.

Schwarzenberg ofrecerá una conferencia este lunes, a las 2:30 p.m., en el Frost Art Museum de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). La presentación se titula “A través de los lentes de la experiencia checa”, y estará dedicada a reflexionar sobre la influencia de la Primavera Árabe y otros acontecimientos que han transformado su país.

Más imaginación para lidiar con Cuba

CF: ¿Está satisfecha la República Checa con los resultados de la Posición Común de la Unión Europea, vigente desde 1996?

Creo que deberíamos preservar la Posición Común, pero debemos tener un poco más de imaginación y tratar de ayudar más a la gente en Cuba. Debemos ofrecer  más a la población cubana. Las becas son necesarias, por ejemplo. Podemos ofrecer al régimen de Cuba nuestra experiencia en reformas económicas. Si miramos la situación actual de Cuba, tiene algunas causas que se pueden eliminar con las reformas económicas que hemos hecho … quizás Cuba podría buscar algo de esa experiencia, no hablamos de imponer -le toca a Cuba decidir-, pero me refiero a que algunas de esas experiencias serían muy útiles para ellos.

CF: ¿Tiene interés la República Checa en ofrecer becas de estudios a los cubanos de la isla?

Ya otorgamos algunas becas y si hubiera interés, ofreceríamos más. Básicamente, puedo imaginar becas que estamos en condiciones de ofrecer y que podrían ser de interés para Cuba, en áreas como tecnología y minería. La medicina cubana tiene un nivel relativamente alto, sin embargo, nosotros tenemos avances investigativos notables en oncología y  neonatología, lo que pudiera ser interesante para intercambiar nuestras experiencias. Por el momento no hay intercambio en el área de la medicina, tal vez sería algo en lo que pudiéramos trabajar en un futuro.

CF: ¿Ha habido avances en la renegociación de la deuda de 250 millones de euros (unos $341 millones de dólares) que Cuba arrastra con su país desde la era soviética?

Por el momento no. Pero hay cosas más importantes que la deuda.

Ayudar no es interferir

CF: Usted presenció la caída del comunismo en el este de Europa. ¿Cómo valora la situación actual en Cuba?

En primer lugar,  la población del país tiene que provocar la caída del régimen, nunca debe instigarse desde el exterior. Es la misma gente la que tiene que decidir y juzgar al régimen por sus resultados, del mismo modo en que nosotros [en la República Checa] nos dimos cuenta de que las recetas del Partido Comunista eran erradas.

Si comparamos cómo era nuestro país hace 20 años a cómo es ahora, no lo reconoceríamos. Está mucho mejor de verdad. No es que no tengamos algunos problemas; por supuesto que los tenemos, el cambio siempre trae  problemas, pero si nos fijamos en la situación de la población entonces y ahora … no se puede comparar.

CF: Usted mencionó la interferencia desde el exterior en los asuntos internos de Cuba. Algunos dirán que la República Checa también se entromete en los problemas internos de los cubanos…

No, nosotros sólo podríamos ayudar a nadar al cisne, estamos ayudando a mucha gente en todo el mundo también, pero no considero que es interferencia por nuestra parte. De nuestro lado es sólo pura ayuda. La ayuda es diferente de la interferencia.

CF: Ministro, usted fue expulsado de Cuba en el 2005, cuando viajó en su condición de senador. ¿Qué recuerdos tiene de Cuba?

No tengo malos recuerdos, no. Es un país maravilloso, hermoso, la gente es más amable en el campo que en La Habana, fueron tremendamente amables conmigo y me enamoré de Cuba.

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