Judy Gross: “Alan está cada vez más desesperado en Cuba”

Judy Gross: Por IVETTE LEYVA MARTÍNEZ

El contratista estadounidense Alan Gross, condenado en Cuba a 15 años de cárcel, es hoy el principal obstáculo para superar las históricas tensiones entre Washington y La Habana, y avanzar la política del presidente Barack Obama hacia la isla.

El caso de Gross, de 62 años y detenido desde diciembre del 2009 en Cuba, ha generado numerosas gestiones de gobiernos, organizaciones humanitarias, instituciones religiosas y la comunidad judía ante el régimen de Raúl Castro, pidiéndole su liberación por razones humanitarias.

Esta semana Obama declaró que apoyaría cualquier iniciativa para lograr la liberación de Gross, quien atraviesa por serias dificultades de salud en una celda cubana. Mientras, el ex gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, anunció este martes que concluirá su estancia a La Habana tras solicitar infructuosamente  la excarcelación inmediata del contratista. Richardson llegó a la isla invitado por el gobierno cubano.

“Estoy muy decepcionado y sorprendido. Quizás el gobierno cubano ha decidido que no quiere mejorar las relaciones [con EEUU]. Quizás ese es el mensaje que está enviando”, dijo Richardson en conferencia de prensa antes de abandonar la Cuba. “No sé si podría yo regresar aquí como amigo…El próximo paso sería del gobierno cubano, pero no me han tratado como un amigo”. El conocido político le había prometido a la esposa de Gross que lo visitaría en prisión antes de irse de Cuba, pero no le fue autorizada la visita.

El abogado de la familia Gross, Peter Kahn, dijo que la familia está “descorazonada” y que teme que “el hecho de que el Gobernador no haya podido ver a Alan puede estar relacionado con su deteriorado estado de salud, ya que a otros en el pasado se les ha permitido ver a Alan cuando han visitado Cuba”.

Tras la confirmación de su sentencia por el Tribunal Supremo de Cuba el 5 agosto, Judy Gross, la esposa de Gross, accedió a responder un cuestionario en inglés de CaféFuerte sobre los dramáticas circunstancias familiares y los asideros políticos que concurren en el caso del contratista. Estas son las respuestas de la señora Gross, quien sueña con una pronta liberación de su esposo y un nuevo comienzo para su vida en familia.

Puede leer laentrevista en inglés aquí.

Alan, desesperado y débil

CaféFuerte: ¿Cuándo fue la última vez que habló con el señor Gross? ¿Cómo lo percibió?

Judy Gross: Hablé con Alan la semana pasada. Cada vez que hablo con él, suena cada vez más deprimido y ansioso de estar en casa. Estamos todos muy preocupados tanto por su salud física como mental. Suena cada vez más desesperado, su voz es más débil.

CF: ¿Ha hablado con él desde que el Tribunal Supremo de Cuba se pronunció sobre el caso y ratificó su sentencia?

JG: Sí.

CF: Usted ha visitado a su esposo en Cuba. ¿Cuándo fue la última vez que lo vio? ¿Puede describir las condiciones en las que se encuentra detenido?

JG: La última vez que vi a Alan fue en marzo, cuando asistí a su juicio en La Habana. Lucía horrible. Tras haber perdido más de 100 libras y sufrir de otros padecimientos,  estaba encorvado y arrastrando los pies dentro y fuera de la sala. No está bien. Está en una pequeña celda, que comparte con otros dos reclusos. Pasa la mayor parte del día caminando en círculos por su celda para hacer ejercicio.

Judy Gross:

CF: ¿Qué otros detalles puede contar sobre la salud del señor Gross?

Estamos muy preocupados por la salud física y mental de Alan. Ha perdido más de 100 libras. Sufre de diversas dolencias, incluyendo parálisis parcial en una pierna. La artritis en la cadera es cada vez más dolorosa y tiene dificultades para permanecer sentado por más de unos minutos. Él necesita ver a sus médicos en Estados Unidos y volver a su rutina médica. Me temo que voy a recibir una llamada telefónica un día para decirme que ha tenido un revés en su estado de salud. Necesitamos a Alan en casa ahora. Me temo que ninguno de nosotros va a ser capaz de soportar esta dura prueba mucho más tiempo.

Una pesadilla interminable

CF: ¿Cuánto ha cambiado la detención del señor Gross la vida diaria de su familia? Su hija mayor está luchando contra el cáncer, al igual que la madre del señor Gross. ¿Cómo enfrentan esta situación?

JG: Es muy difícil. El encarcelamiento de Alan ha hecho mella en todos nosotros. Ha sido muy duro para nosotros, tanto emocional como económicamente. A nuestra hija mayor le va bien dentro de lo posible. Ha pasado por varias cirugías sin su padre al lado para levantarle el ánimo. Y, por supuesto, desea con todo su corazón que su padre pueda estar con ella durante este momento crucial en su vida.

La madre de Alan teme que nunca volverá a verlo. Yo me despierto y me acuesto cada día con una nube sobre mi cabeza, preguntándome si volveré  a ver a Alan de nuevo. Mi hija menor está muy afectada emocionalmente por la ausencia de Alan. Ellos hacían muchas cosas juntos, y ella tiene sus cañas de pescar en el balcón. Ellos hicieron un pacto de que lo primero que harían juntos cuando él regrese a casa es ir a pescar.

He tenido que vender nuestra casa y mudarme a un pequeño apartamento de un dormitorio, he vuelto a trabajar a tiempo completo, tengo que lidiar a diario con nuestra situación precaria. Pero lo peor, por supuesto, es que se está privando a Alan de la alegría  y ganas de vivir. Al acercarnos a la Altas Fiestas Judías, estamos una vez más con la esperanza de que nos reuniremos en familia.

CF: La familia de su esposo es de origen checo. ¿Ha habido algún acercamiento diplomáticos con el gobierno cubano a través de la República Checa y / o Checa grupos judíos?

JG: No sé específicamente sobre la República Checa, pero tengo conocimiento de que numerosos gobiernos extranjeros han intervenido en nombre de mi esposo con los cubanos, y por eso estoy agradecida.

Conociendo la política cubana

CF: ¿Cuánto sabía usted sobre Cuba antes de la detención del señor Gross? ¿Ha cambiado su percepción?

Judy Gross:

JG: Antes de esta dura prueba, lo único que sabía acerca de Cuba era que Alan me decía. Él ama al pueblo cubano, verdaderamente disfruta de la música, la comida y la cultura cubana. Cada vez que regresaba de La Habana traía CDs de artistas callejeros y otros artículos que se venden en puestos callejeros, e insistió en que saliéramos a comer comida cubana. Ahora sé más de lo que siempre quise saber acerca de la política cubana. Alan se encuentra atrapado entre dos gobiernos que se niegan a pasar la página de viejas hostilidades.

CF: ¿El señor Gross hizo amigos en Cuba durante sus viajes anteriores a la isla? Si es así, ¿han estado ellos en contacto con su familia?

JG: Alan hace amigos dondequiera que va y Cuba no es diferente.

CF:  ¿Cree que el gobierno de EEUU ha hecho todo lo que esté a su alcance para obtener la liberación del Sr. Gross? Si no, ¿qué más cree que puede hacer?

JG: Estamos muy agradecidos por todos los esfuerzos para traer de vuelta a Alan. Pero, obviamente, no vamos a estar satisfechos hasta que Alan está en casa con nosotros. Yo sé que la mejor manera de resolver un conflicto es cara a cara. Creo que los dirigentes de ambos países deben sentarse juntos y resolver sus diferencias.

Súplica familiar al gobierno cubano

CF: ¿Por qué cree usted que el gobierno cubano ha sido hasta ahora reacio a entregar el Sr. Gross por razones humanitarias?

JG: No sé, no puedo hablar en nombre del gobierno cubano.

CF: Muchos creen que mantener el caso del Sr. Gross fuera de la vista pública ha sido un error. ¿Está de acuerdo?

JG: El caso de Alan ha sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación.

CF: ¿Cómo se imagina su reencuentro con el Sr. Gross después de su liberación? ¿Qué cree que van a hacer cuando esto suceda?

JG: Será el mejor día de nuestras vidas, pero para ser honesta, es cada vez es más difícil imaginarlo.

CF: ¿Quiere enviarle algún mensaje a las autoridades cubanas y los cubanos en general que leerán esta entrevista?

JG: Le he suplicado a las autoridades cubanas muchas veces antes y volveré a hacerlo una y otra vez. Mi mensaje es simple: tengan en cuenta la difícil situación de nuestra familia y las peticiones de la comunidad judía y todos los demás en todo el mundo y liberen Alan a tiempo para las Altas Fiestas Judías [Rosh Hashaná, 29 de septiembre].

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