Ojo de Agua, la plaga que no cesa

Ojo de Agua, la plaga que no cesaPor ROBERTO DE JESUS GUERRA*

LA HABANA. La intensa campaña que despliegan las brigadas de Vectores contra el mosquito Aedes aegypti en sitios intrincados de La Habana y el interior del país no ha pasado de los anuncios publicitarios de televisión para los habitantes de Ojo de Agua.

Ubicada a unos nueve kilómetros del municipio Melena del Sur y a 60 de la  Ciudad de La Habana, Ojo de Agua es una comunidad costera donde se expande un asentamiento de familias campesinas. Mayormente sus habitantes son naturales de las provincias del oriente cubano que han emigrado en busca de mejores trabajos y salarios een una zona tradicionalmente productora de ajo, cebolla, maíz, caña de azúcar, frijoles, soja (también conocida como soya), tomate y arroz.

Las autoridades sanitarias desarrollan una campaña de fumigación intensiva desde el 15 de agosto ante el incremento del índice de infestación del mosquito, que afecta a 23 municipios del país. Entre las zonas de mayor preocupación están La Habana y poblaciones aledañas.

Pero la realidad que afrontan los campesinos del lugar nada tiene que ver con la propaganda oficial contra el Aedes aegypti. Lázaro, un residente de la comunidad, no cree que puedan existir en otro lugar especies de mosquitos como la que impera allí

“Los de aquí son indios con lanza. Cuando te los matas en el cuerpo al estrujarlo parece que tienes una piedra de río debajo de la mano”, comentó.

Lázaro y su familia llevan 12 años viviendo en esta comunidad de trabajadores cañeros “y nunca hemos visto una brigada de fumigación y saneamiento contra el mosquito por aquí”.

Vertederos a granel

Los campesinos de Ojo de Agua hacen sus necesidades fisiologicas en letrinas rústicas fuera de la casa y la basura la botan a pocos metros de allí, en un vertedero a la intemperie.

Las mujeres lavan la ropa en las zanjas que desaguan para el cultivo de la caña o en unos neumáticos que han sido cortados tipo lavadero, convertidos realmente es criaderos de larvas, pues en ellos también se almacena agua para lavar y cocinar.

No solo en Ojo de Agua abunda la plaga. Otros poblados cercanos del municipio Güines como La Riva, Buazán (adaptación onomatopéyica popular a partir del nombre del científico francés André Voisin), Juan Borrell, Entronque, Pellejero, Congoja, Osvaldo Sánchez y Bizarrón están también bajo el azote de los insectos, que resultan insoportables para los visitantes.

Ojo de Agua, la plaga que no cesa

“Nos hemos adaptado a este ambiente, ¿qué remedio no nos queda?”, confesó sonriendo Lisandra, una joven residente en La Riva.

En los comercios campesinos se oferta Lomate, pero este insecticida resulta inefectivo para los mosquitos de Ojo de Agua.

La prisión de Güines, conocida por Buazán, recluyó durante años a unos 300 prisioneros ?utilizados como mano de obra barata en la tala de árboles en la costa. Después del 2007 fue desmantelada como resultado de las las reiteradas quejas de internos y familiares e internos por el acecho de plagas incontrolables de mosquitos.

El tiempo de la plaga

Según campesinos de la zona, antes de 1959 funcionaba allí el aeropuerto de Juan de la Cruz, cerca a la playa El Rosario. La instalación prestó un importante servicio sanitario a la comunidad hasta entrados los años 80.

“Las avionetas fumigaban una vez por semana y apenas se sentían los mosquitos, pero en los 80 fue desmantelado [el aeropuerto], como todo en Cuba”, relató un campesino que pidió no ser identificado.

Raúl, del poblado Bizarrón, comentó: “Llevo 24 años viviendo en toda esta zona y no recuerdo la última vez en los últimos cinco años haber visto a los de la campaña por aquí. A Ojo de Agua, que está en el fin del mundo, difícil que vayan”.

Además del transmisor de enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue, abundan roedores, jejenes y otros insectos. Y aunque los habitantes de comunidades campesinas se han acostumbrado a convivir con la plaga, protestan ante organizaciones estatales.

Aunque las autoridades de Salud Pública calificaron de estable la situación epidemiológica durante junio y julio, la alarma de riesgo epidémico se ha disparado en las últimas semanas de agosto.

El periódico Granma reconoce en un artículo de este jueves que el país está en “un período de máxima alerta en relación con el control del mosquito Aedes aegypti”

Pero los campesinos dicen que los encargados de la fumigación no ha hecho caso a los llamados de los dirigentes locales para combatir el mosquito en zonas intrincadas. El implacable mosquito de Ojo de Agua, que parece inmune a la propaganda gubenamental.

* Periodista independiente. Director de la agencia Hablemos Press.

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