Casa cubana vive desde hace años en electroshock permanente

Casa cubana vive desde hace años en electroshock permanenteAlfred Hitchcock habría soñado con un argumento así. Luis Buñuel tal vez lo habría utilizado para una versión tropical de El Angel Exterminador. Stephen King no llegaría nunca a este punto de imaginación.

Una casa endemoniada sin remedio desde hace varios años, a fuerzas de corrientazos eléctricos que provienen del Centro de Salud Mental aledaño al inmueble, ubicado en la localidad de Ranchuelo, en la provincia de Villaclara.

Después de demostrar un aguante fuera de serie, los residentes de la vivienda -con dirección en la calle Armando Machado # 32, entre Panchito Gómez y Coronel Acebo, en Ranchuelo- decidieron que era hora de contarlo (y casi que de gritárselo) a la prensa y a las autoridades locales en busca de una salida que les traiga sosiego a sus vidas.

El artículo apareció recientemente en el diario Juventud Rebelde bajo el ajustado título de “Como para volverse loco”.

Rafael Antonio Pascual y sus familiares dicen estar al borde del infarto tras vivir sometidos por mucho tiempo a los fallos eléctricos provenientes del Centro de Salud Mental que colinda con la casa. Los pases a tierra y los cortocircuitos que proliferan en esa institución asistencial dejan secuelas en el hogar de los Pascual, quienes no pueden tocar las instalaciones hidráulicas, bañarse, limpiar ni fregar porque los fuetazos están a la orden del día -y de la noche.

¿Desconectar o no desconectar?

Para tener una vida hogareña sin sobresaltos ni corrientazos, la familia debe solicitarle a los empleado del Centro (¿de Salud Mental?) que desconecte el servicio eléctrico.

El propietario lleva más de un año planteando su queja en todos los niveles del gobierno en la localidad  y en la provincia villaclareña, pero al parecer lo tienen por loco. Las quejan suben y bajan a la Empresa Eléctrica, pero cuanto más ha recibido en estos meses una promesa de solución, pero todo sigue igual. ¿Será que no le creen? En verdad, no es una historia para creerla, a no ser porque se especifique que sucede en el mismo centro de Cuba.

Pero lo que no deja de llegarle puntualmente a los inquilinos es el recibo facturado por la Empresa Eléctrica en Ranchuelo, con saldos desmesurados. También le llega al Centro de Salud Mental, pero allá ellos que son los que tienen el pase a tierra.

El señor Pascual relata que en octubre de 2010 le llegó un recibo de cuentas por más de mil pesos, lo que finalmente le ajustaron a 791.60 pesos. Él hombre, que no está loco de puro milagro, conserva todas las facturas mensuales de pago del servicio eléctrico desde el 2008 y puede demostrar que su consumo histórico no sobrepasa los 100 pesos.

Se demoran los cambios en Ranchuelo

Y como estamos en la Cuba de los cambios de Raúl Castro, el pasado 2 de agosto le retiraron el servicio eléctrico y no se lo restablecieron hasta el día cuatro días después, exigiéndole previamente que pagara 101 pesos con 60 centavos y firmara un modelito que lo comprometía a pagar 230 pesos por tres meses consecutivos, desde ahora hasta noviembre.

La Empresa Eléctrica le aseguró que si detectan el famoso “escape de electricidad” es que le devolverán el dinero. Si no, nananina.

Y ante tanta prepotencia de le empresita estatal, Pascual, que podrá tener su “pase a tierra” pero no es cometrapos, dijo hasta aquí llegué con estos descarados y ha armado tremendo alboroto con su caso. Ni un corrientazo más. Ni un electroshock más, que aquí en esta casa no hay disidentes ni agentes de la CIA.

Por ahora el diario Juventud Rebelde y Rafael Antonio Pascual esperan, desde el pasado 20 de agosto, por una respuesta convincente de la Empresa Eléctrica Provincial de Villaclara. ¿Llegará? ¿Tendrán solución los Pascual? ¿Qué va a pasar con el Centro de Salud Mental? ¿Se enterará Hugo Chávez cómo se gastan algunos de los barriles de petróleo que generosamente envía a Cuba?

No me digan que no está bueno este argumento para una pelicula. Al menos para hacer tiempo mientras se implementan las “transformaciones estructurales” que Raúl Castro prometió y que parece tardarán en aplicarse en Ranchuelo, desde ahora célebre por esta casa con “electroshock permanente”. Para el récord Guinness.

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