Las botas de Fidel Castro a la venta en Miami
No, no se trata de una tomadura de pelo. Dos zapatones de barro a tamaño natural que han sido bautizados como Las botas de Fidel están a la venta en una popular tienda de la Calle Ocho de Miami.
Las piezas son obra del escultor camagüeyano Frank Lorenzo, y pueden verse o adquirirse en la tienda Sentir Cubano, ubicada en el 3100 SW 8 St, justamente al lado de la legendaria Librería Universal.
No se trata de una representación realista inspirada en las botas que usaba Castro en la Sierra Maestra o los botines estilizados que se le vieron en años más recientes antes del problema intestinal que lo alejó del poder en el 2006. Tampoco tienen que ver con los botines Johnson & Murphy de $600 dólares que le regaló el banquero Bernardo Benes en 1978 y que el gobernante reservó para ocasiones especiales.
Estas botas simbolizan la decadencia del poder, una con una lengueta raída y otra con una rata husmeando en la embocadora del artefacto.
Lorenzo, un reconocido ceramista de 40 años que se radicó recientemente en Miami, viene trabajando en sus obras temas rurales, apegado a una visión de las cosas lugareñas que se extinguen o devaluán con la pátina del tiempo.
“El [Lorenzo] vino a la tienda con varias piezas, pero cuando vi las botas me impresionaron mucho”, relató María J. Vázquez, propietaria de Sentir Cubano y exiliada desde 1960.
Símbolo del poder
Para varias generaciones de cubanos, las botas rústicas identificaron a los rebeldes que bajaron de la Sierra Maestra y a los integrantes de las Milicias que se formaron en los primeros años de la revolución castrista. Eran la representación simbólica del mando militar, que con los años se identificaron como “las botas rusas” en referencia a los insumos inconfundibles que llegaban desde la entonces espléndida Unión Soviética.
En la jerga popular, un lamebotas es un ser sumiso, acomodado al servilismo y la adulonería como recursos de sobrevivencia.
Vázquez dice que enseguida vinieron a su mente las botas de Fidel Castro, símbolo del poder y también del machismo que enarboló la revolución desde sus comienzos.
“Para mí, son unas botas viejas y curtidas, salpicadas por por la sangre y el dolor de todos los cubanos”, comentó la empresaria, que ha convertido a Sentir Cubano en una de los sitios obligados para la memorabilia y la nostalgia cubanas.
Sentir Cubano ha puesto a la venta Las botas de Fidel a un precio de $180 dólares cada una. Sin dudas, se trata de piezas artísticas con disímiles lecturas y apreciaciones del espectador o coleccionista, pero en Miami ya quedaron bautizadas como las botas del anciano que más pasiones y furias es capaz de desatar todavía entre sus compatriotas.
Vázquez tiene confianza en que las podrá vender. ¿Pero quién se decidirá a adquirirlas? ¿No serán objetos con demasiada jetatura como para llevárselos a casa? ¿Qué dice usted?