Crisis de almohadillas sanitarias en Cuba
Por Redacción CaféFuerte
Las mujeres cubanas enfrentan por estos días una crisis que trae los ecos del período especial: la escasez de almohadillas sanitarias.
El Noticiero Nacional de Televisión (NNTV) informó este jueves en su emisión estelar de la noche que la causa del desabastecimiento es la paralización de las fábricas de la Empresa de Materiales Higiénico Sanitarios (MATHISA) por falta de materia prima.
El reportaje recorrió las instalaciones de MATHISA en La Habana, saliendo al paso a los crecientes inquietudes sobre el desabastecimiento del producto a lo largo del país.
La fábrica habanera lleva mes y medio sin producir las almohadillas -popularmente conocidas como “íntimas”- debido a la falta de pulpa de celulosa, que se importa de China, Francia y Finlandia.
Hasta el momento Cuba no cuenta con los recursos necesarios para producir y abastecer la materia prima que se necesita, según indicó el reportaje presentado en el NNTV.
En Cuba hay otras dos fábricas de almohadillas sanitarias, en Sancti Spíritus y Granma, que deben garantizar el abastecimiento en las zonas central y oriental del país.
Cuando se reciba la materia prima, los directivos de MATHISA planean jornadas extras en horario de madrugada con vistas a superar los atrasos productivos. Se esperaba que las importaciones de pulpa de celulosa se restablecerían a comienzos de junio.
Las “íntimas” están racionadas en la isla para mujeres de hasta 55 años, a quienes les corresponde un paquete de 10 almohadillas al mes. El suministro ha sido inestable a lo largo de los años y las mujeres se apoyan en el mercado negro -alimentado por empleados de las fábricas y las farmacias- para suplir sus necesidades.
MATHISA planea alcanzar este año una producción para ventas normadas de 41.7 millones de bolsas, con lo que se alcanzarían los mismos niveles de abastacimiento del 2010.
En las tiendas en pesos convertibles, un paquete cuesta alrededor de 1 CUC (25 pesos moneda nacional).
Durante el período especial, que comenzó en 1991, las mujeres cubanas tuvieron que usar sábanas, toallas y trapos en vez de almohadillas durante su menstruación.