Yadel Martí, como en los mejores tiempos
A lo mejor cualquier día de estos Yadel Martí aparece en el roster de los Atléticos de Oakland. El experimentado lanzador cubano ha reajustado su pitcheo y lleva cinco victorias y un revés con el Sacramento, puntero de liga en la Costa del Pacífico (Triple A).
Esta novena es la principal sucursal de los Atléticos, que tienen cinco lanzadores lesionados y ya subieron hace varios días a Graham Godfrey, quien con siete ganados y uno perdido (7-1) era la principal figura con que contaban en Ligas Menores.
Con 30 triunfos y 40 reveses, el conjunto de Oakland no parece que pueda luchar por el banderín en el joven circuito y podría darle una oportunidad al cubano que está como en sus mejores tiempos.
Martí, que en el venidero mes de julio cumplirá 32 años, tuvo su época estelar con Industriales, sobre todo, en la Serie Nacional del 2002, cuando compiló 12 ganados y tres perdidos, y la siguiente del 2003, la que terminó con 10-2.
Al año siguiente también se lució con 11 y 2. Pero tuvo su oportunidad dorada en el 2006, cuando fue seleccionado como uno de los tres mejores tiradores del Primer Clásico Mundial de Béisbol, celebrado en Estados Unidos.
Pero en esa ocasión, en el pináculo de la fama y bajo la lupa de los más exigentes scouts beisboleros del mundo, Martí decidió regresar a la isla. Tenía entonces el mundo a sus pies: le había ganado un juego clave a un equipo de superestrellas dominicanas, salvó otros dos partidos y no permitió carreras limpias en 12.2 entradas de actuación, lo que lo llevó al Todos Estrellas del torneo.
Pero por esas cosas de la vida, no estaba para él en esa oportunidad. Martí retornó y entonces, paradójicamente, comenzó su aventura para tratar de escapar de la isla.
Después de varios intentos fallidos, logró salir al exterior en noviembre del 2008 y ha lanzado en República Dominicana y México, pero nunca con la calidad que ha alcanzado ahora. Es el más trabajador del conjunto (70 entradas) y su promedio de efectividad (4.58) es normal para un circuito que tiene 43 hombres por encima de los 300 y ninguno de los abridores promedia por debajo de los tres puntos de referencia.
Los que vimos a Martí en sus prácticas diarias en el Tamiami Park de Miami el pasado invierno, comprendemos ahora que su esfuerzo y tenacidad no fueron en vano.
Viciedo en su sazón
Otro que está que “corta”, es Dayán Viciedo, tercer bate del Charlotte, conjunto principal de los Medias Blancas de Chicago en Ligas Menores. El villaclareño, de 22 años, es cuarto entre los primeros bateadores de la Liga Internacional con 328, primero en total de bases recorridas (140), y segundo en hits (85) e impulsadas (49).
Además se destaca en otros renglones: quinto en tubeyes (22), quinto en sluggins (541) y ha jugado todo el tiempo en el jardín derecho en 65 de los 68 juegos de la novena. Como si esto fuera poco, en los últimos 10 juegos ha “reventado” la bola con 19 indiscutibles en 43 turnos y promedio de 442.
Sería lógico pensar que el muchacho podría ahora mismo estar con los Medias Blancas en la Liga Americana. Sin embargo la novena cuenta con Carlos Quentin, en su misma posición, Alex Ríos en la pradera central y Juan Pierre en el bosque izquierdo y tiene de sustitutos a Brent Lillibrige y Mark Teahen, que juegan más de una posición.
No es de dudar que Martí y Viciedo se vean las caras nuevamente, pero ahora en Grandes Ligas. Ya lo hicieron por vez primera en la contienda cubana del 2004.
Contrato de premio
En un comentario de la semana anterior me referí al torpedero Yunel Escobar como una de las dos figuras cubanas que mejor desempeño estaba teniendo en la actual temporada de Grandes Ligas.
Pues los Azulejos de Toronto lo tuvieron bien en cuenta para extenderle el contrato por otros dos años, con un monto de $10 millones de dólares.
Según reportó la televisión canadiense, Escobar, de 28 años, recibirá $5 millones en 2012 y 2013, y los Azulejos tendrán además sendas opciones de $5 millones en el 2014 y 2015.
Escobar es actualmente el primer bate de la novena de Toronto, con promedio de 281 y cinco jonrones conectados.
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