Cubanos en Ecuador, sin reglas claras ni derechos
GUAYAQUIL.- La historia de dos notarios y el subsecretario de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Xavier Aguiñaga, quienes fueron destituidos por el caso de 93 ciudadanos cubanos con matrimonios fraudulentos en este país, parece no tener fin.
El proceso legal por las “declaraciones irregulares de unión libre” de los cubanos con ciudadanos ecuatorianos está de vuelta en los titulares periodísticos y en el debate público. La instrucción fiscal que se les sigue está en espera de ser sorteada en la presidencia de la Corte de Justicia, pero fue devuelta al Juzgado correspondiente por tener errores en varios de sus folios.
El caso, que levantó una fuerte polémica en los medios de prensa ecuatorianos, provocó la remoción de los notarios Julio Olivera Espinoza y Marcos Díaz, en cuyos archivos se encontraron recibos modificados electrónicamente -con fechas, nombres y valores cambiados- que dieron pie a las naturalizaciones de los cubanos.
El asunto comenzó en 2008, con la nueva legislación ecuatoriana, que permitía, de manera inédita, que los ciudadanos extranjeros pudieran naturalizarse a partir de la unión libre con nacionales. Esto provocó una verdadera avalancha de cubanos, quienes empezaron a comprar “paquetes” desde Cuba, que incluían tiquetes, cartas de invitación, estadía, pareja para casarse y costo de naturalización.
El epicentro de más intensidad en el caso se dio en Guayaquil, la segunda ciudad más importante de Ecuador, con trampolín específicamente en dos notarías donde se emitían los documentos: la 21 y la 37.
Según las investigaciones realizadas, se detectaron 370 casos, de los cuales 113 fueron celebrados como matrimonios falsos, 14 habían cometido bigamias, 104 no habían comparecido ante los notarios, 10 fueron naturalizados sin haberlo solicitado y tres se habrían casado antes de llegar al país.
“Había de todo tipo de cubanos, pero la gran mayoría era de nivel bajo”, comentó el subsecretario Aguiñaga, imputado en este caso. “Era gente sin un oficio definido, inmigrantes de escasos recursos”.
Una complicación extrema
A partir de esta situación –denunciada por la Secretaría de Transparencia de Gestión- a los cubanos se les ha vuelto en extremo complicado obtener una visa en Ecuador. Esto provoca, de acuerdo con Aguiñaga, que no haya “reglas claras en cuanto a sus derechos en Ecuador”.
“El cubano que obtuvo la naturalización lo hizo de buena fe, si se casó de forma irregular o no, eso es intrascendente en cuanto al matrimonio, que solo supone la voluntad. Esto es un problema político que no debe ser trasladado a los cubanos sino a las propias autoridades, que sean ellas las que resuelvan el asunto”, manifestó Aguiñaga.
Todo se complicó en mayo del pasado año, cuando autoridades cubanas y ecuatorianas acordaron en La Habana investigar y sancionar a ciudadanos que hayan contraído “matrimonios de conveniencia” y propiciado una red de tráfico ilegal desde Ecuador a Cuba.
Durante la visita realizada hace una semana por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, muchos cubanos en situación indefinida esperaban acuerdos y declaraciones contundentes en este punto. Pero Rodríguez y su par ecuatoriano, Ricardo Patiño, se limitaron a hablar de una inmigración “legal, segura y ordenada”, sin aclarar lo que entendían por “segura”, teniendo en cuenta que ningún cubano que llega a Ecuador lo hace poniendo en riesgo su vida.
En constante zozobra
Lázaro Irio, cubano de 36 años, vive en estado constante de zozobra pues él no ha logrado regularizarse aún. Trabaja como mesero, utilero y en lo que se le presente para ganar algún dinero.
“Me ha salido hasta una úlcera”, dijo Irio resignado. Al preguntársele cómo lo han tratado en Ecuador, respondió: “Más o menos, más o menos”.
Los cubanos que no lograron naturalizarse antes de mediados del 2010 se encuentran en una especie de limbo, pues a Cuba no pueden regresar -perdieron el derecho de residencia luego de 11 meses en el exterior- y en Ecuador no cuentan con la posibilidad de solicitar asilo político al no cumplir con requisitos como estado de desplazamiento o cuestiones de persecución, según la óptica de la legislación de este país.
Aunque la prensa ecuatoriana ha satanizado el problema de la migración cubana, los mismos funcionarios gubernamentales han reconocido que no hay un gran porcentaje de cubanos metidos en actos delincuenciales.
De los aproximadamente 20,000 cubanos que han ingresado al país en los últimos años, algunos toman a Ecuador como puente para llegar a Estados Unidos a través de una travesía por Centroamérica; otros forman una familia y se quedan trabajando.
El ex ministro del Interior, Gustavo Jalkh, uno de los allegados al presidente Rafael Correa, declaró que es preocupante el “número creciente de quienes se van quedando en nuestro país”.
El ex funcionario justificó el tiempo de dos años para poder casarse, como herramienta para evitar que más matrimonios fraudulentos se sigan produciendo.