Fotos inéditas de Dulce María Loynaz

La escritora cubana Dulce María Loynaz. Foto de Celso RodríguezPor REDACCIÓN CAFÉFUERTE

– Una tarde de 1994, el fotógrafo Celso Rodríguez fue enviado por la revista Cuba Internacional a la casa de la célebre escritora Dulce María Loynaz (1902-1997) para tomarle imágenes que ilustrarían una entrevista.

“Estaba lúcida pero quejosa”, recordó Rodríguez, quien reside en Miami desde el 2006.

El fotógrafo pasó cuatro horas con Dulce María en su casona del Vedado. De aquella jornada quedaron inéditas estas siete fotos que hoy se publican en Café Fuerte.

“Fue una conversación llena de bondad, ternura y  muchas anécdotas, todas matizadas por una cultura aplastante”, rememoró. “Cuando hablaba de su padre, el general mambí Enrique Loynaz del Castillo, era como si se transformara, invadida por un fervor extraordinario”.

La poetisa  le contó cómo el general Loynaz del Castillo, después de una batalla, llamó la atención de sus compañeros de armas porque lo vieron reírse solo debajo de una mata y pensaron que se había vuelto loco. Y cuando se aproximaron a él, estaba leyendo El Quijote de Cervantes.

“Estaba extremadamente locuaz, me contó de todo… de las visitas a su casa  de Federico García Lorca, de Juan Ramón Jiménez, de Gabriela Mistral.  Pero las anécdotas de su padre me impresionaron mucho”, relató Rodríguez.

Entre los relatos que más intensamente contó Dulce María esa tarde fue su desencuentro con la poetisa chilena Gabriela Mistral.

“Me dijo que la había invitado a Cuba y para recibirla organizó una cena en su mansión a la que de asistiría el Cardenal cubano”, agregó el fotógrafo. “Cayó la tarde, pasaron las horas y nada, Gabriela Mistral no apareció. Luego se supo se había ido con una joven a la playa de Guanabo”.

Dulce María le dijo que pocos días después, Mistral intentó visitarla para disculparse. Llegó apenas hasta la verja de la casa, puso las manos sobre las rejas, pero al parecer se arrepintió y no entró. Nunca más volvió y nunca más se hablaron entre ellas.

Rodríguez tiene en preparación un libro de retratos titulado Confesiones, donde personalidades cubanas cuentan una anécdota o un hecho desconocido en sus vidas. Está tratando ahora de completarlo con figuras del exilio.

Rodríguez, de 59 años, es natural de Cienfuegos, y ejerce el periodismo y la fotografía desde 1971. Trabajó durante 30 años para revista Cuba Internacional y en el 2000 abandonó la isla para radicarse en Guatemala. Desde el 2004 trabajó como editor de fotografía del diario guatemalteco Prensa Libre.

La obra fotográfica de Rodríguez ha sido amplamente premiada en salones internacionales de Cuba, Japón, Italia, Rusia y Canadá. En 1976 recibió el Primer Premio en el concurso Paisajes del Mundo, en Montreal.

Ha realizado exposiciones personales en Brasil, Argentina y Suiza, y ha participado en numerosas muestras de fotografía cubana en Estados Unidos y Europa. Entre 1983 y 1984 fue corresponsal de guerra en Angola y Etiopía.

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