Crónica: Adiós al gran Chocolatico Pérez

Por ALBERTO ÁGUILA

– De todos los boxeadores cubanos que quisieron acercarse al gran Eligio Sardiñas imitando su apodo de “Kid Chocolate”, el más conocido y triunfador fue Roberto Caminero Pérez, fallecido esta semana a los 65 años en su natal Santiago de Cuba.

Pocos le conocieron por su verdadero nombre, pero los amantes al pugilismo le reconocían fácilmente como Chocolatico Pérez, el primer cubano que ganó una medalla de oro en Juegos Panamericanos. Fue en la cita de Sao Paulo, Brasil’63 al superar al brasilero Joao Da Silva en la división de los pesos ligeros (135 libras).

Chocolatico perteneció a un grupo de peleadores de la isla que  utilizaban la escuela del boxeo profesional, suprimido por el régimen de Fidel Castro en 1961. Sin embargo, los boxeadores de su generación lo habían asimilado como estrategia de combate, y utilizaban el estilo de entrar, pegar, salir, atacar, con combinaciones de golpes arriba y abajo, y hacer fallar a sus oponentes con variados movimientos de torso  y de cabeza.

En aquellos tiempos, los entrenadores más avezados emprendieron el camino del exilio y los que quedaron (o los de nuevo cuño) tuvieron que ayudar en la preparación de los púgiles aficionados de mejores condiciones para intentar adecuarlos a las normas del boxeo amateur. Allí estaban además de Chocolatico, Félix Betancourt, Rolando Garbey, Enrique Regueiferos, Rafael Carbonell, Andrés Molina, Fermín Espinosa y Orlandito Martínez, que formaban una escuadra poderosa en momentos de excepcional calidad en el boxeo mundial.

Así las cosas, en los Centroamericanos de Kingston, Jamaica, en 1962, Chocolatico Pérez ganó una presea de plata. En 1964 llegó a semifinales en la Olimpíada de Tokio, donde asistió en la categoría de las 126 libras. En 1966 perdió la medalla dorada en los Centroamericanos de San Juan, Puerto Rico, en un combate donde triunfó cerradamente, pero los jueces le cercenaron la corona. Después intervino en la grandiosa Olimpíada de Mexico’68, pero allí el cetro fue para el norteamericano Ronnie Harris, ocasión en la que por vez primera dos cubanos obtuvieron medallas plateadas: Enrique  Regueiferos (63.5 kilos) y Rolando Garbey (71).

Me encontré con Chocolatico en el torneo Giraldo Córdova Cardín de 1984, en Sancti Spiritus, adonde compareció como uno de los técnicos del  equipo Cuba.

“Los peleadores nuestros tienen demasiada calidad para los extranjeros que vienen ahora”, me dijo Chocolatico, a quien los años le habían caído arriba severamente. Al mirarnos frente a frente le ví, bolsas debajo de los ojos, un rostro demacrado y demasiadas canas para un hombre que no llegaba ni siquiera a los 40 años.

Poco tiempo después fue bajado a preparador del equipo de Santiago de Cuba para los torneos denominados Playa Girón, donde compiten solamente gladiadores del país .

En una de los encuentros que por entonces sostuve con él, le pregunté: “¿Por que no seguiste en el equipo nacional?  Me miró de arriba a abajo, se encogió de hombros y me dijo: “Ahora hay otros que deben ser mejores que yo…” Ahí mismo se cortó la conversación, viró la espalda y me dejó con la palabra en la boca.

Los graves problemas de alcoholismo lo llevaron a perder su vivienda. Cuando en el 2008 el realizador español Manuel Benito del Valle y el médico disidente cubano Darsi Ferrer viajaron a Santiago de Cuba para incluir su testimonio en el documental KnockoutKuba, Chocolatico estaba viviendo en un pequeño cuarto del gimnasio donde ayudaba a los entrenadores oficiales. Como el filme se realizaba clandestinamente en la isla, prefirió no hablar ante las cámaras –según confesó- por miedo a represalias si lo veían “hablando con un extranjero sin autorización”.

Los obituarios de la prensa oficial cubana aseguran que “su deceso “repercutió en el sector deportivo de la provincia” y elogian su legado en los noveles pugilistas  a quienes “les inculcó el amor por su patria”.

Chocolatico fue enterrado este miércoles en el Panteón de las Glorias Deportivas del Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. Lástima que tanta gloria reconocida no haya servido para dignificarlo en vida.

Fragmento de KnockoutKuba, donde aparece Chocolatico Pérez hacia el minuto 7.02

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