EEUU niega refugio a ex alto militar cubano

Por Wilfredo Cancio isla

Estados Unidos negó el refugio político al ingeniero Máximo Omar Ruiz Matoses, un ex alto oficial de la inteligencia cubana que cumplió 17 años de cárcel bajo acusaciones de traición a los mandos militares.

“Me han declarado inelegible sin permitirme que pueda explicar detalladamente mi caso”, declaró Ruiz Matoses en entrevista con CaféFuerte. “Ha sido una gran desilusión para mí y para mi familia, que ha sufrido a mi lado estos años de encierro y hostigamiento”.

Ruiz Matoses recibió la notificación negativa a finales de julio, luego de un prolongado proceso iniciado el pasado año y que incluyó dos entrevistas con funcionarios de la Oficina de Intereses de Estados Unidos (USINT) en La Habana.  Este miércoles presentó la apelación a su caso ante la sección de Refugiados de esa dependencia diplomática.

“Ha sido un acto desconsiderado, pues mi situación no es nada halagüeña y no quiero ser una carga familiar”, agregó el ex teniente coronel, de 63 años. “No tengo opciones de sobrevivencia, estoy sin retiro y no se me permite trabajar”.

Añadió, sin embargo, que el trato de los funcionarios de la USINT  “ha sido respetuoso y correcto”.

Un portavoz de la USINT declinó responder sobre el caso en virtud de la política de privacidad que rige las peticiones de refugio político.

Matoses sirvió por 29 años en las Fuerzas Armadas (FAR) y el MININT. Graduado con honores de Ingeniería Eléctrica en la Unión Soviética en 1969, fue sustituto del jefe de la Contrainteligencia Militar (CIM) en las FAR hasta su traslado al MININT en 1987. Allí ostentó grados de teniente coronel y laboró como asesor de la técnica operativa de la Dirección General de Contrainteligencia (DGCI), bajo la jefatura directa del otrora Ministro del Interior José Abrantes.

Protección de alto nivel

Entre sus responsabilidades principales estaba la protección de la máxima dirección del país a través de sistemas electrónicos intalados en las oficinas del Comité Central y el Consejo de Estado.

“Mis deberes funcionales siempre fueron de perfil netamente técnico y nunca estuvieron ligados a la actividad represiva contra la población”, argumentó Ruiz Matoses en conversación telefónica desde su casa en el barrio de Marianao.

De verse imposibilitado de viajar a Estados Unidos, considera la opción de obtener refugio con su familia en un tercer país.

“En estos momentos me da igual cualquier país, lo que está claro es que no puedo seguir viviendo aquí”, confesó. “Tengo una responsabilidad con mi familia y quiero darle un mejor futuro a mi esposa y a mis hijas, que estuvieron cargando jabas para la prisión por 18 años”.

Su esposa es la doctora María Josefa Cabezas, con quien tiene dos hijas que aún comparten el hogar familiar: Omaris, licenciada en Diseño Industrial, y Lismaris, estudiante de Medicina.

“Es una historia tan triste como desconcertante”, manifestó el ex general Rafael del Pino, quien desertó de la fuerza aérea cubana en 1987.

Del Pino expresó que hay varias incógnitas que responder por parte de las autoridades estadounidenses respecto al caso de su antiguo colega de armas, y calificó de absurdo que ex militares que son vigilados y acosados por oponerse al régimen cubano no reciban protección en Estados Unidos.

“¿Fue ésta una decisión unilateral de un burócrata de la USINT o será acaso la política de la administración Obama  la que impide conceder asilo político a ex militares cubanos que se han opuesto a la tiranía castrista desde sus propias filas, cumpliendo incluso casi dos décadas de prisión?”, se cuestionó Del Pino.

Víctima del caso Ochoa

A Ruiz Matoses se le considera una víctima indirecta del histórico proceso que concluyó con el fusilamiento del General de División Arnaldo Ochoa y otros tres militares cubanos en el verano de 1989.  Al calor de los dramáticos acontecimientos de la Causa No. 1 solicitó su retiro, luego de declarar que la muerte de Ochoa era un crimen de lesa humanidad y que su dignidad no le permitía seguir respaldando la “causa revolucionaria’.

Fue designado a una unidad de Tropas Guardafronteras mientras se procesaba su petición de retiro. Pero Ruiz Matoses no dejó de manifestar su descontento e incluso pidió públicamente la renuncia de Raúl y Fidel Castro por la incapacidad demostrada para guiar los destinos del país.

La reacción gubernamental no se hizo esperar. Lo detuvieron el 16 de noviembre de 1990 y lo condenaron bajo acusaciones de salida ilegal del país, desacato, conducta deshonrosa, espionaje y deserción.

La sentencia del Tribunal Militar -dictada el 19 de marzo de 1991- indicó que el procesado intentó recopilar documentos secretos “para ser entregados al enemigo como aval de su alta traición’.

Durante el juicio, su abogado llegó a pedir la absolución, por considerarlo “técnicamente inocente’, pero el fiscal argumentó que debía dictarse condena por convicción.

La sentencia fue de 20 años de cárcel, de los cuales cumplió 11 en una celda tapiada de la prisión de alta seguridad de Guanajay. En mayo del 2002 fue transferido a una prisión-granja en Guaicanamar, al este de La Habana, coincidiendo con la visita a Cuba del ex presidente estadounidense Jimmy Carter.

Está en libertad desde el 3 de marzo del 2008. La cárcel le dejó un problema crónico en la garganta y un enfisema pulmonar.

Desde su excarcelamiento ha estado en contacto con activistas de derechos humanos y ha mostrado disposición para denunciar las deplorables condiciones de las cárceles cubanas ante organismos internacionales.

“Sé que estoy sometido a vigilancia y control telefónico las 24 horas, pero eso ya no me quita el sueño”, afirmó. “A veces resulta hasta ridículo”.

Ruiz Matoses relató las circunstancias que rodearon un reciente viaje suyo a Santiago de Cuba en un vuelo comercial.

“La mujer que viajaba al lado de mi asiento me dijo que nunca había visto tantos militares de uniforme dentro de un avión de pasajeros, que no entendía lo que estaba pasando”, contó Ruiz Matoses. “Yo sí sabía lo que estaba ocurriendo”.