Cuba realiza juicio contra tres exiliados de Miami

Cuba realiza juicio contra tres exiliados de Miami Tres exiliados cubanos de Miami -protagonistas de una infiltración armada en el 2001- fueron finalmente juzgados este viernes en un tribunal de la isla y podrían recibir sentencias de entre 30 años y cadena perpetua.

Máximo Pradera Valdés, Santiago Padrón Quintero y Ihosvani Surís de la Torre, integrantes de un comando que pretendía realizar acciones de sabotaje en territorio cubano, comparecieron ante el tribunal provincial de Santa Clara, confirmaron a CaféFuerte activistas de derechos humanos y empleados del Ministerio de Justicia (MINJUS) en Villaclara.

“El juicio terminó alrededor de las 5 de la tarde y quedó concluso para sentencia”, dijo anoche Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) en conversación telefónica desde La Habana.

Según Sánchez, la fiscalía solicitó 30 años de cárcel para los acusados Pradera y Padrón, y cadena perpetua para Surís, líder del grupo.

Los tres hombres fueron trasladados el martes desde la prisión del Combinado del Este, en La Habana, hasta la ciudad de Santa Clara, en el centro de la isla, para cumplir con el procedimiento de realizar el juicio en la provincia donde ocurrieron los hechos.

Una fuente vinculada al MINJUS en Santa Clara dijo que tenía información de que “la fiscalía fue implacable” durante la sesión, que transcurrió durante ocho horas a puertas cerradas.

La sentencia podría ser dictada la semana entrante.

Silencio oficial

Hasta el momento la prensa oficial no ha informado sobre la realización del juicio. Ni siquiera el hecho ha tenido cobertura en los medios provinciales de Villaclara.

Desde el comienzo de la investigación, Cuba aseveró que el desembarco fue organizado y financiado desde Miami por el empresario urbanizador Santiago Alvarez, principal benefactor de Luis Posada Carriles.

Alvarez, de 69 años, fue liberado en octubre del 2009 luego de cumplir sendas condenas por ocultar un arsenal de armas y negarse a declarar ante un jurado de instrucción. Sobre él pesa una orden final de deportación.

La realización del juicio se produce ocho años después de la captura de los acusados, pero en momentos en que Cuba fue ratificada como país patrocinador del terrorismo, según el listado divulgado ayer por el Departamento de Estado sobre el año 2009.

El comando se introdujo por la zona de Isabela de Sagua, al norte de Villaclara, y fue capturado por tropas guardafronteras el 26 de abril del 2001 tras una efímera escaramuza de confrontación que terminó en un cayo cercano.  Desde entonces los tres hombres estaban a la espera del juicio.

Poco después del arresto, las autoridades cubanas mostraron -en un video transmitido por la televisión- las armas que portaban los infiltrados: cuatro fusiles AK-47, un rifle M-3, tres pistolas Makarov, municiones y bengalas.

El hecho fue calificado por el gobierno cubano como “una acción terrorista” . Los tres implicados confesaron entonces que planeaban acciones violentas dentro de la isla. Al parecer, Surís colaboró ampliamente con la investigación.

“La gran ironía es que Ihosvany Surís sea quien reciba la mayor condena a pesar de que todo indica que su colaboración con los investigadores de la Seguridad del Estado fue total”, señaló Sánchez.

Volar  Tropicana

En el mencionado video, Surís aparece hablando telefónicamente con Alvarez, quien le dio orientaciones para colocar explosivos en el famoso Cabaret Tropicana, en La Habana.

La información proporcionada por las autoridades cubanas sobre los acusados  registra que Surís emigró ilegalmente a Estados Unidos y fue reclutado en 1998 por la organización Comandos F4. Su supuesto plan era desembarcar en un punto de la costa  norte, entre Remedios y Caibarién, para luego internarse en la zona montañosa del Escambray y reclutar a campesinos para la conspiración armada.

Pradera -también conocido con el alias de Máximo Robaina- emigró a Estados Unidos para evitar ser juzgado por sus pésimos antecedentes delictivos, según fuentes oficiales cubanas. En 1988 estuvo relacionado con un plan para causar la voladura del Túnel de La Habana.

En cuanto a Padrón, llegó a Estados Unidos durante el éxodo del Mariel, en 1980, y acumuló varios antecedentes penales en Cuba. El trío estuvo integrado también al grupo Alpha 66, partidario del enfrentamiento armado y las acciones violentas contra el régimen castrista.

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